Cine

Gracias, quienquiera que seas siempre he confiado en la bondad de los desconocidos.

lunes, 15 de junio de 2015

El violinista del Diablo...

Pues mi primera noche e casa, en Reina Alta vi una estupenda movie, que me recordó a Farineli, y en general a las cintas de época que son mis favoritas, y es que estoy seguro que en alguna reencarnación fui Cortesana de Versalles...jujujuju y me gusta entonces ese mundo que va del renacimiento al romanticismo.

Así como Dios me habla en las pelis, está vez aquello a lo que llamamos Demonio o hio, pro no para convencerme, sino para mantenerme DESPIERTO, o tal vez sea Dios, depende de como uno este y como uno lo mire.

Pero ya hablando de la cinta en cuestión me gustó porque lo tiene todo, un protagonista guapísimo, con una actuación célebre. aunque Paganini en realidad debió de ser poco agraciado, ya que tenía síndrome de Marsan una enfermedad que hace que crezcan más los huesos, como el caso del nadador Michael Phelps, de las manos de Paganini se dice median abiertas 45cm. lo cual parece ser un mérito pero para manejar un violín con tal maestría debió ser una dificultad extra.

El mito de Paganini y su pacto con el diablo de lo que habla la pelí se da luego de una serie de sucesos que lo llevan a la cúspide y luego a una estrepitosa caída, alcanzó el éxito rotundo al ser el director musical de la hermana de Napoleón en la cúspide del imperio fránces, el maestro genoves luego se impulso para tocar en Viena y Londres, pasando por Paris e Italia como el más virtuoso violinista y uno de los músicos más importantes del romanticismo, aunque su complicada ejecución y florituras recuerda la profusión musical del barroco.

En la peli la belleza del protagonismo y su talento atraía a las damas como miel a un oso, pro el precio de ser EL MEJOR es su EGO, aquí representado por Monsieur Urbani.

 Y es que si bien la peli tiene una estupenda fotografía, música, ambientación en el XIX y es preciosista y opulenta su punto fuerte es el debate entorno a la bondad, la maldad, el talento y  el desproposito del éxito que te aleja de lo realmente importante, la paz interior, el amor, y los afectos.

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